¿Alguna vez nos hemos preguntado por qué algunos líderes logran inspirar y conectar profundamente con sus equipos, mientras que otros, a pesar de su talento técnico, no logran el mismo impacto? La respuesta está en algo que pocas veces priorizamos en el mundo laboral: la autocomprensión.

Comprenderse a uno mismo no es un ejercicio de autoindulgencia ni una distracción de las «cosas importantes». Es, de hecho, la base sobre la cual se construye un liderazgo genuino y efectivo. Margaret Andrews, autora del libro «Manage Yourself to Lead Others» y coach de líderes en empresas Fortune 500, lo plantea con claridad: si no te comprendes a ti mismo ni tus propias emociones, no podrás comprender las de los demás.
Los cuatro pilares de la autocomprensión
La autocomprensión no es un concepto abstracto. Margaret lo desglosa en cuatro elementos concretos que todo líder debe explorar:
1. Nuestras emociones: ¿Qué tan consciente eres de lo que sientes en tu día a día? ¿Cómo influyen esas emociones en tus decisiones y en la forma en que te relacionas con tu equipo? Este nivel básico de autoconciencia es el punto de partida.
2. Nuestras influencias: Las personas, experiencias e ideas que nos formaron siguen presentes en nuestra forma de liderar. Identificar cuáles nos impulsan y cuáles nos limitan es clave para evolucionar.
3. Lo que nos importa: Más allá de respuestas obvias como «la familia» o «el éxito», ¿cuáles son tus valores fundamentales? ¿Qué es lo que realmente quieres lograr en tu vida profesional y personal?
4. Cómo nos perciben los demás: Esta es la autocomprensión externa. Sin ella, es fácil sentirse incomprendido, porque nuestras acciones no siempre reflejan nuestras intenciones.
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¿Por qué la autocomprensión nos hace mejores líderes?
Puede parecer contradictorio: ¿Cómo me ayuda centrarme en mí mismo a gestionar mejor a otros? La respuesta es simple pero profunda. Liderar implica mantener múltiples relaciones, interpretar situaciones complejas y tomar decisiones que afectan a personas con diferentes necesidades y perspectivas. Todo esto requiere empatía, percepción emocional y sensibilidad, habilidades que nacen de conocerte primero a ti mismo.
Margaret lo resume así:
«Si no me comprendo a mí mismo ni mis propias emociones, no podré comprender las tuyas».
Además, el autoconocimiento es esencial para crecer. No podemos convertirnos en mejores líderes si no sabemos qué tipo de líder somos hoy. Solo desde esa honestidad con nosotros mismos, podemos preguntarnos: ¿es esta la persona que quiero ser? ¿Qué necesito cambiar?
Más allá de las habilidades técnicas
Las cualidades que nos ayudaron a destacar como colaborador individual —inteligencia, habilidades técnicas, dedicación— no son suficientes cuando empezamos a liderar. En sus talleres, Margaret pide a los participantes que describan al mejor jefe que han tenido. Una y otra vez, el 85% de las palabras que usan corresponden a habilidades sociales: empatía, comunicación, respeto, capacidad de escucha.
Por eso, muchos profesionales altamente capaces se sienten abrumados al asumir roles de liderazgo. «La gente no se da cuenta de que liderar a otros es una habilidad completamente nueva», explica Margaret. Y aquí está la buena noticia: estas habilidades se pueden desarrollar, sin importar en qué etapa de nuestra carrera nos encontremos.
Un líder completo: sensible y decidido
Quizás pensemos: «Yo no soy una persona especialmente sensible» o «Prefiero ser un líder más autoritario que empático». Margaret tiene una respuesta clara: los grandes líderes son ambas cosas. No se trata de cambiar tu estilo, sino de ser adaptable. Habrá momentos en que necesitemos ser firmes y decisivos, y otros en que debamos mostrar empatía y contención. El autoconocimiento no nos hace «demasiado emocional»; nos da claridad para saber cuándo usar cada herramienta de liderazgo.
A menudo nos enseñan a separar nuestro «yo profesional» del resto de nuestra vida. Pero la verdad es que los líderes más poderosos son aquellos que logran alinear su verdadero yo con su forma de liderar. Y ese proceso comienza con un ejercicio profundo de autocomprensión.
En SINTIK creemos que los buenos líderes están profundamente conectados con sus propios valores, experiencias y emociones. Porque solo desde ese lugar de autenticidad es posible inspirar, guiar y transformar a otros.




