En nuestro día a día laboral, muchas veces sentimos que no tenemos tiempo para ciertas tareas cuando, en realidad, simplemente las estamos postergando. En SINTIK, sabemos que la procrastinación es un desafío que afecta nuestra productividad y bienestar. Por eso, queremos compartir tres reglas clave para combatirla y recuperar el control sobre nuestras tareas.

La procrastinación tiene memoria
“Los ríos tienen memoria”, es una frase que se refiere a la tendencia de los ríos a recuperar antiguos cauces. Algo similar ocurre con la procrastinación: aunque logremos controlarla por un tiempo, tiende a reaparecer si no la enfrentamos con estrategias variadas y efectivas.
Es fundamental aceptar que estamos procrastinando y reconocer el motivo: ¿Es una tarea difícil? ¿Nos genera incomodidad? ¿Viene de una persona con la que no tenemos buena relación? Una vez identifiquemos la razón, podremos aplicar las siguientes estrategias para superarla.
1. La regla de los dos minutos
David Allen, propuso esta regla sencilla pero poderosa: si una tarea nos toma menos de dos minutos, debemos hacerla de inmediato. Dejarla para después solo aumenta nuestra carga de pendientes y el estrés asociado.
Cada vez que recibamos un correo, mensaje o solicitud que podamos resolver en menos de dos minutos, apliquemos esta regla. Veremos cómo nuestra lista de pendientes se reduce y nos sentimos más livianos y productivos.
2. La regla de los cinco minutos
Comprometernos a trabajar solo cinco minutos en una tarea nos ayuda a romper la inercia de la procrastinación. Basta con configurar un cronómetro y empezar. Al cabo de cinco minutos, podemos decidir si continuar o parar.
Esta regla es efectiva porque iniciar una tarea es lo más difícil. Una vez que comenzamos, en la mayoría de los casos, decidimos seguir trabajando hasta completarla. Pruébala con informes, correos o cualquier actividad que estés postergando.
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3. La regla del “no pienses en eso”
Muchas veces gastamos más tiempo justificando por qué no hacemos algo que en hacerlo realmente. Cuando nos sorprendamos buscando excusas o razonando en exceso sobre una tarea, pongamos un alto y comencemos a ejecutarla. La mayoría de las veces, descubriremos que era más fácil y rápido de lo que pensábamos.
En práctica
Identifiquemos una tarea que hemos estado postergando. Si no identificamos ninguna, revisemos nuestra lista de pendientes y ubiquemos aquella que hemos intentado completar varias veces sin éxito. Esa es una tarea procrastinada.
Apliquemos una de estas tres reglas y observemos el resultado. ¡Y no olvidemos recompensarnos! Cada pequeño cambio positivo en nuestra organización y productividad merece ser celebrado.
En SINTIK, estamos comprometidos con mejorar nuestra eficiencia laboral y bienestar.