En el trabajo, nos vemos enfrentados a discrepancias constantemente; desde conversaciones cotidianas hasta proyectos y evaluaciones ¿Cómo manejar las diferencias de opinión que pudieran surgir? Veámoslo.

Distintas ideas y opiniones
Michale Trust, especialista en Recursos Humanos comenta lo siguiente: “Siempre hay que valorar que las personas tengan diferentes puntos de vista. No importa cuán firmes sean tus opiniones o las de ellos sobre un tema, meterse en una discusión, insultar y menospreciar a alguien nunca es apropiado en el trabajo. Manejar los desacuerdos de la manera correcta demuestra madurez, discernimiento y buen juicio y te ayudará a destacar como una persona honesta”.
Cómo abordar conversaciones difíciles
Escuchar activamente
Escuchar la perspectiva de la otra persona es darle la oportunidad respetuosa de expresar su punto de vista aún cuando no compartamos enfoque. Se podría decir lo siguiente: “Comprendo lo que acabas de mencionar y aprecio tu planteamiento. Me gustaría poder compartir contigo otra perspectiva.”
Mantener la calma
Es importante mantener nuestras emociones bajo control sobre todo si la conversación se ha tornado ofensiva o se ha alzado la voz. Para ello, es esencial tomarse un instante para ordenar nuestras ideas antes de hablar. Se podría decir lo siguiente: “Sin duda es un tema delicado, pero me gustaría que lo abordáramos con calma a fin de encontrar la solución más adecuada.”
Buscar puntos en común
Centrarnos en las áreas en que sí estamos de acuerdo contribuirá a que nuestra discrepancia no se vea como algo conflictivo. Además, demuestra que no estamos desestimando todo lo que la otra persona ha dicho. Se podría decir lo siguiente: “Estoy de acuerdo con la idea general del proyecto, pero tengo un enfoque distinto sobre cómo llevarlo a cabo y me gustaría compartirlo con ustedes.”
Evitemos afirmaciones en segunda persona
Con esto nos referimos a evitar señalar con el dedo y buscar culpables, y nos permite expresar claramente cómo nos sentimos. En lugar de decir: “Ustedes no me dan el crédito”, cambiar la expresión: “Siento que mi contribución no fue reconocida.”
Enfoquémonos en la solución
Debemos orientarnos a avanzar. Por ello, proporcionar soluciones constructivas demostrará que buscamos el trabajo en conjunto. Se podría decir lo siguiente: “¿Te parece si trabajamos en crear una solución que trate ambos prioridades?”
El formato importa
Lo ideal es tratar el tema en una conversación en persona, puesto que nos permite captar el tono de voz y el lenguaje corporal de la otra persona. Luego de ello, podemos dejar constancia escrita en un correo electrónico. Pero aquí es importante que le digamos a la otra persona que nos pondremos en contacto con ella vía correo electrónico, de tal modo que no parezca una trampa. Se podría decir lo siguiente: “De acuerdo a nuestra conversación anterior, me gustaría presentarles una versión revisada de mis ideas.”
Busquemos el momento adecuado
Si estamos en una discrepancia pública, puede generar que la o las personas en desacuerdo estén a la defensiva. Por eso, abordar los desacuerdos en privado puede ser una solución. Se puede decir lo siguiente: “¿Qué te parece si después de la reunión abordamos el tema más a fondo? Estoy seguro de que llegaremos a una buena solución.”
Hay un momento de dejar ir
En momentos en que el problema no es primordial, está bien seguir aceptar el desacuerdo y seguir adelante. Elegir con sabiduría nuestras batallas revela madurez y profesionalismo. Se podría decir lo siguiente: “Me doy cuenta de que nuestros puntos de vista son diferentes, pero tengo la disposición a seguir adelante con la decisión tomada y dar seguimiento a los resultados en equipo.”
Hemos visto 8 sugerencias prácticas de cómo manejar las diferencias de opinión de un modo profesional, analizando qué hacer. Pero también es importante tener claro qué no hacer. Lo veremos en un próximo artículo de SINTIK.




