En la primera parte de esta serie hablamos de los errores que cometemos por exceso de acción: trabajar más sin cuestionar, hacer sin priorizar y avanzar sin plan. Pero no todo el desgaste viene de ahí. A veces el agobio no solo nos empuja a hacer más, sino que también nos lleva a dejarnos de lado. En esta segunda parte revisamos tres errores frecuentes que solemos cometer por falta de revisión, pausa o cuidado personal.

4. No revisar lo que estamos sintiendo
En los momentos de mayor presión, tendemos a ignorar nuestras emociones. Seguimos adelante como si no pasara nada. Pero el cuerpo y la mente acumulan tensión. El malestar se manifiesta igual, solo que de formas menos visibles: irritabilidad, ansiedad, cansancio crónico. No es debilidad detenerse a sentir. Es salud.
Artículo relacionado
Cuando el trabajo nos supera (Parte 1): Caer en la trampa del exceso
5. Dejar de hacer lo que nos sostiene
Justo cuando más necesitamos equilibrio, dejamos de lado las cosas que nos hacen bien: dormir suficiente, alimentarnos bien, movernos, respirar. Renunciamos a los pequeños hábitos que sostienen nuestro bienestar, como si fueran opcionales. Pero no lo son. Son fundamentales, sobre todo en momentos de alta exigencia.
6. Aislarse sin querer
El agobio puede cerrarnos. Dejamos de hablar con colegas, no pedimos ayuda, evitamos espacios de conversación. Y en ese aislamiento silencioso, todo se vuelve más pesado. Compartir lo que vivimos con personas de confianza no resuelve todo, pero sí alivia. Y a veces, solo eso basta para volver a tomar impulso.
Recordemos: nadie puede sostenerse por mucho tiempo en un ritmo que lo deja fuera de sí. Revisar cómo estamos, recuperar lo que nos hace bien y apoyarnos en otros no es perder tiempo: es proteger lo que somos, para no perdernos en lo que hacemos.
Desde SINTIK queremos seguir reflexionando sobre esto, porque nos pasa a todos. Y reconocerlo es un primer paso para buscar formas más humanas de trabajar.