Los datos son contundentes: más de la mitad de los trabajadores chilenos ya incorpora inteligencia artificial en su rutina laboral. Según el estudio «IA en el trabajo» de Laborum, un 55% de las personas empleadas en nuestro país utiliza estas tecnologías, cifra que representa un significativo aumento de 19 puntos respecto al año anterior.

Este crecimiento posiciona a Chile como el segundo país con mayor adopción de IA en América Latina, solo superado por Perú (57%) y por encima de Argentina, Panamá y Ecuador. Sin embargo, desde SINTIK creemos que es fundamental analizar este fenómeno desde la perspectiva de los derechos laborales y el bienestar de los trabajadores.
Entre beneficios y preocupaciones legítimas
Los trabajadores reconocen las ventajas inmediatas de la IA: agilización de tareas (57%), ahorro de tiempo (56%) y acceso más rápido a información (51%). Estos beneficios pueden traducirse en mayor productividad y, potencialmente, en mejores condiciones laborales si se gestionan adecuadamente.
No obstante, las preocupaciones son igualmente válidas. Un 39% de los trabajadores chilenos teme que la IA pueda reemplazar el trabajo humano, mientras que un 53% expresa inquietud por la dependencia tecnológica. Estas cifras reflejan una realidad que no podemos ignorar: la necesidad urgente de marcos regulatorios que protejan el empleo y garanticen una transición tecnológica justa.
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La brecha del conocimiento
Uno de los hallazgos más preocupantes es que el 59% de quienes no usan IA simplemente no sabe cómo hacerlo. Por ello es esencial que se generen instancias de capacitación y formación que permitan a todas y todos los trabajadores beneficiarse de estas herramientas, sin quedar rezagados.
Creemos que la IA debe ser una aliada del trabajo digno, no una amenaza. Algunas medidas beneficiosos son las siguientes:
- Capacitación masiva: Programas de formación en IA para todos los trabajadores.
- Regulación protectora: Marco legal que garantice que la IA complemente, no reemplace, el trabajo humano.
- Participación en las decisiones: Los trabajadores deben tener voz en cómo se implementa la IA en sus centros de trabajo.
- Preservación del criterio humano: Mantener la supervisión y decisión humana en procesos críticos.
La tecnología debe servir a las personas, no al revés. Desde SINTIK seguiremos trabajando para que en la creciente revolución de la IA, se sigan respetando los derechos laborales y se generando oportunidades para todas y todos los trabajadores.
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