La verdadera resiliencia no reside en sobrecargarse, sino en saber gestionar situaciones estresantes de manera inteligente y colaborativa. Es aquí donde entra en juego el papel de una persona indispensable en nuestra red de apoyo: el gestor de tensiones.

¿Quién es un gestor de tensiones?
En la vida cotidiana, tanto en el trabajo como en casa, hay momentos de alta exigencia que nos ponen a prueba. Tal vez fue una solicitud inesperada o un proyecto urgente con plazos ajustados. Estos momentos de «subida de tensión» pueden ser abrumadores y llevarnos a pensar que la única salida es redoblar esfuerzos de manera individual.
Un gestor de tensiones es alguien que nos ayuda a enfrentar las crisis sin perder el equilibrio. Esta persona puede intervenir de diferentes maneras: ayudándonos a priorizar tareas, ofreciéndonos apoyo emocional o incluso colaborando directamente en las responsabilidades más urgentes.
Este tipo de persona no solo permite aliviar la carga durante momentos críticos, sino que también brinda la perspectiva necesaria para mantener el control y la claridad en medio del caos.
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Cómo identificar a los gestores de tensiones
Podemos identificarlos por lo menos de tres formas:
- Personas con las que compartimos objetivos comunes. Estas personas suelen estar en el entorno profesional o personal y entienden la importancia de lo que estamos tratando de lograr. Por ejemplo, un colega que comprende la relevancia de una presentación crucial o un vecino con quien podemos coordinar actividades para reducir el tiempo y el esfuerzo invertido en tareas del hogar.
- Personas que ofrecen apoyo proactivo. Quienes tienden a ayudar antes de que se lo pida. Podría ser un amigo que sabe escuchar cuando estamos bajo presión o un mentor que ofrece consejos prácticos para resolver problemas de forma efectiva.
- Personas que lo inspiran a mantener la calma. Aquellos que tienen la capacidad de mantener la compostura en situaciones difíciles también pueden ser modelos a seguir. Estas personas no solo ayudan a manejar la tensión, sino que también enseñan cómo manejar futuras crisis con mayor fortaleza.
Estrategias para aprovechar a los gestores de tensiones
- Construir relaciones antes de las crisis. Cultivar estas conexiones debe ser un esfuerzo continuo. Una manera efectiva de hacerlo es brindar apoyo proactivo. Por ejemplo, reconocer los logros de los demás y ofrecer ayuda cuando alguien en nuestra red lo necesite.
- Pedir ayuda sin miedo. Muchas personas se resisten a pedir ayuda porque temen parecer débiles o ineficientes. Lo cierto es que, pedir ayuda a las personas correctas fortalece las relaciones y mejora los resultados.
- Ser claro sobre nuestras necesidades. Al solicitar apoyo, hemos de especificar qué necesitamos. Esto hace que sea más fácil para el gestor de tensiones ofrecer una solución concreta y efectiva.
- Devolver el favor. La reciprocidad es clave para mantener relaciones saludables. Si alguien nos ayudó en un momento de crisis, asegurémonos de estar disponible cuando esa persona necesite nuestro apoyo.
Al identificar, cultivar y colaborar con estas personas, estará construyendo un sistema de apoyo que nos permitirá enfrentar las subidas de tensión con confianza y equilibrio. Por eso en SINTIK pensamos que, en lugar de esforzarnos en soledad, haremos uso de una herramienta más poderosa: la colaboración consciente.