Como trabajadores organizados en SINTIK, sabemos que nuestros proyectos laborales no siempre son fáciles. Cuando llevamos un tercio del camino en una propuesta de mejora, en la implementación de un nuevo proceso, o en cualquier iniciativa importante en nuestro trabajo, es común que nos sintamos desanimados.

Quizá los avances no llegan tan rápido como esperábamos, quizá enfrentamos obstáculos con los recursos o con la coordinación, o simplemente nos sentimos perdidos ante la magnitud del desafío.
Ese desánimo que sentimos es completamente normal, pero también es la razón principal por la que muchos proyectos laborales se detienen. Nos sentimos desanimados y comenzamos a pensar: «Esto no funciona, deberíamos abandonarlo. No podemos con esto». Y lo más peligroso es que creemos en estos pensamientos sin cuestionarlos.
Estrategias para lidiar con el desánimo sin rendirnos
Observemos el desánimo: Cuando sentimos ganas de abandonar un proyecto, simplemente reconozcamos que estamos desanimados. Es una sensación temporal de dolor, no algo permanente.
Reconozcamos los pensamientos negativos: El desánimo nos hace pensar que deberíamos rendirnos. Ahora podemos identificar que son mecanismos de protección que surgen cuando sentimos esta emoción.
Comparte tus sentimientos con personas de confianza. A veces solo expresar lo que sientes puede aliviar mucho la carga.
No tomemos decisiones importantes cuando estemos desanimados: Tengamos la regla de no tomar decisiones cruciales para nuestros proyectos laborales cuando nos sintamos así. Podemos esperar, respirar, y decidir mañana. La fatiga amplifica el desánimo. Asegurémonos de dormir bien y tomar descansos regulares.
Permitámonos sentir el desánimo: Concentrémonos en la sensación física del desánimo y permitamos que pase. También podemos hacer cosas para gestionarlo: caminar, buscar apoyo entre compañeros, descansar.
Técnicas de respiración profunda pueden calmar el sistema nervioso y reducir la ansiedad.
Recuperemos nuestra capacidad de acción: Después de procesar el dolor, preguntémonos: «¿Qué podemos hacer para recuperar el control?». Dar un pequeño paso, centrarnos en lo que está bajo nuestro control, trazar un plan, buscar ayuda de colegas. A veces un cambio de escenario puede renovar la energía y perspectiva.
Divide y vencerás: Si el proyecto se siente abrumador, divídelo en tareas más pequeñas y manejables.
Busca inspiración: Lee historias de personas que han superado desafíos similares, o revisa contenido motivacional que resuene contigo.
Recordemos que el desánimo no es un problema; es parte de cualquier proyecto significativo. Si lo sentimos, significa que estamos haciendo algo desafiante y que nos importa profundamente.
Permitámonos sentir desánimo a veces, pero no dejemos que sea el final de nuestros proyectos laborales.
En SINTIK, queremos compartir estas estrategias para no dejarnos vencer por el desánimo.
¡Síguenos en redes sociales y entérate de las novedades!