Muchas veces sentimos que los demás son mejores, más preparados o más exitosos. Nos comparamos con compañeros, colegas o incluso personas que vemos en redes sociales. Pero desde SINTIK lo decimos claro: las comparaciones injustas alimentan nuestras inseguridades y bloquean nuestro avance.

Cambio de visión
Nos conocemos profundamente, con nuestras dudas, miedos y errores. Pero a los demás los vemos desde afuera, en una versión editada, muchas veces idealizada. Así, terminamos comparando lo peor que creemos de nosotros con lo mejor que creemos de otros. Esa comparación no es justa ni realista.
Entonces, ¿Qué hacemos? En vez de compararnos para sentirnos menos, podemos observar a otras personas como fuente de aprendizaje. ¿Qué pasos dieron para llegar a donde están? ¿Qué hicieron diferente? ¿Qué podríamos adaptar a nuestra manera? No se trata de copiar, sino de construir nuestra propia forma de avanzar.
Artículo relacionado
Evaluación de retos
Un ejercicio muy potente es preguntarnos: ¿Qué es lo peor que puede pasar si nos enfrentamos a ese miedo o reto? Muchas veces, al imaginarlo, nos damos cuenta de que no es tan terrible. También podemos visualizar lo contrario: ¿Qué es lo mejor que puede pasar si damos ese paso? Esa visión nos da fuerza, nos conecta con lo que queremos lograr y nos anima a intentarlo.
Y por último, lo más importante: movernos. Aunque sea con pasos pequeños. La inacción alimenta el miedo. En cambio, actuar disuelve la duda. Quizá necesitemos investigar más, pedir ayuda o capacitarnos. Tal vez debamos agendar un tiempo para planificar o simplemente animarnos a ensayar lo que queremos decir o hacer. Lo fundamental es no quedarnos paralizados.
En el próximo artículo de SINTIK, veremos como la colaboración nos ayuda a vencer el síndrome del impostor.